La IA, la privacidad y esa clásica actitud uruguaya


La IA, la privacidad y esa clásica actitud uruguaya

Todo empieza porque vi un posteo en Instagram. 

Hablaba sobre el tema de la privacidad de los datos en el uso de IA. Y la realidad es que estamos medio fritos. Porque aceptamos usar un montón de herramientas sin leer los términos y condiciones, sin tener real conocimiento de cuál es el alcance sobre nuestra privacidad.

ChatGPT, por ejemplo, no protege para nada esta cuestión.

Cuando borrás la información, los datos, la memoria… eso igual puede quedar en algún lado guardado. Supuestamente “de forma temporal”, por “cuestiones legales” o para “mejorar el sistema”. Pero no sabés por cuánto tiempo, ni qué significa realmente eso de “cuestiones legales”, ni cuánto profundizan en la información para esas mejoras.

Y la verdad es que no podés andar pasando datos sensibles, en ningún lado. Ni tuyos, ni de otros. Hay que tener mucho cuidado. El tema es que tampoco está tan claro qué es un “dato sensible”. Porque no todo el mundo tiene la misma definición.

Entonces: lo que vos consideres sensible, no lo pases por una IA sobre la cual sabés poco.

El posteo que vi hablaba de Trump y de la Unión Europea.

Trump, que quiere liberar todo, y ya sabemos más o menos cómo viene esa película.
Y la Unión Europea, que suele tener un enfoque mucho más conservador (a veces se les va un poco la moto también, hay que decirlo).
Sinceramente, no me acuerdo en detalle lo que decía el post. Pero me quedé con esto que pensé: que en Uruguay básicamente nos chupa un huevo. Todo parece que sucede “allá”, lejos. Y después, igual terminamos haciendo lo que hice yo.

Porque acto seguido de leer eso, me fui al chat. Directo a preguntarle cómo era esto de la privacidad. 

Y sí: me lo confirmó. Privacidad, un pingo.

No es que cualquiera puede entrar y leer tus chats, pero no está realmente protegido. Nada de lo que vos compartas ahí está cuidado de forma concreta.
Si un gobierno, o las personas que gestionan la herramienta, o un grupo externo accede por algún motivo... pueden ver todo lo que compartiste.

Lo único que te da un poco de tranquilidad es que, si borrás todos los chats, el historial, la memoria... eso se borra. O por lo menos, eso dicen. Puede quedar “temporalmente” guardado, pero tampoco se sabe cuánto tiempo ni en qué condiciones.

Esto es lo que digo que hacemos en Uruguay, creo yo.
Nos da todo igual, parece, pero después vamos y medio que investigamos. Nos aseguramos. Usamos las cosas con criterio cuando vemos que se puede poner turbio.

Eso hice yo.

Igual, ya venía usando la IA con mucho criterio. Nadie me había asegurado nunca que había privacidad real. Y yo también me preguntaba quién podía acceder a todo eso que hablaba con el chat.

Entonces entré en un mini pánico cuando todo esto se volvió más real, y fui a borrar mis chats.
Y me encontré con que había muy poca cosa sensible, en realidad. Una lista de chats ridículos tipo:

  • Interpretación de sueños místicos

  • Es normal el arroz con larvas

  • Test de personalidad de personajes de The Walking Dead (sí, se lo pedí porque soy fanática)

  • Un chat de mi negocio, donde hablo de los contenidos que voy a hacer, el sitio, las estrategias, et

  • Un chat con cosas de clientes, embudos, campañas, textos publicitarios... nada confidencial.

Y la verdad: ninguno de esos datos son sensibles.
No estoy trabajando con una multinacional que me exige secreto absoluto.
Y además, al ser un popurrí de muchos clientes, se entrevera todo. No hay manera de saber qué dato corresponde a quién.

Podría tener más cuidado, sí. Lo haré.
Pero sinceramente, estoy tranquila de que no estoy compartiendo nada realmente sensible.
No hay datos bancarios, ni contraseñas, ni información de acceso, ni nada por el estilo.

Ahora… si vamos a considerar sensibles cosas como correo electrónico, teléfono o dirección… bueno, ahí ya entramos en la paranoia. Porque esos datos ya son públicos hace rato.
Rey, reina, por favor: si alguien quiere saber algo de eso, no va a venir a buscarlo al chat de ChatGPT. No seamos tan ridículos. Por el amor santo de dios.

En definitiva, voy a seguir con mi clásica actitud uruguaya.

Para el afuera, me hago la que no me importa nada. No voy a entrar en crisis paranoica ni de ansiedad por esto. La vida es corta y hay mas cosas importantes.

Pero de fondo, estoy mirando.
Estoy prestando atención, cuidándome la espalda.
Porque eso es lo que hacemos acá: no hacemos mucho ruido, pero siempre estamos midiendo y cuidando nuestros pasos.

Así que nada, capaz que esta es tu señal.
🫵🏼 Anda, revisá la privacidad de la herramienta de IA que estés usando.
(No te va a proteger un carajo, pero igual… hacelo).
Por lo menos, que no te agarre desprevenido.

Yo ya borré algunos chats.
Y vos, ¿qué vas a hacer ahora? 😉

Gracias por leer.

Te invito  a suscribirte más abajo. 

Abrazo, Sofi.